San Josemaría falleció en Roma el 26 de junio de 1975. A su muerte, el Opus Dei estaba extendido por numerosos países del mundo y contaba con más de sesenta mil miembros y con numerosos cooperadores y amigos esparcidos por los cinco continentes.
La fama de santidad del fundador del Opus Dei hizo que desde su fallecimiento comenzaran a acudir numerosas personas para rezar ante su tumba y pedir su intercesión ante Dios.
En la fotografía se ve la urna en la que reposa, bajo el altar de la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz, en Roma.