26 de junio de 2008
Como en tantas ciudades del mundo, el 26 de junio se celebraron en Las Palmas de Gran Canaria y en Santa Cruz de Tenerife Misas en la festividad de San Josemaría. En la sección titulada "26 de junio en las islas" se recogen algunas fotografías tomadas en las celebraciones de este año.
26 de junio de 2007
Las Palmas: La Santa Misa se celebró en la Catedral, a las 20’00 horas, presidida por el Sr. Obispo de la Diócesis.
Santa Cruz de Tenerife: La Santa Misa se celebró en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús a 19’30 horas, presidida por el Sr. Obispo de la Diócesis.
Algunos medios de comunicación canarios emitieron, como en años anteriores, reportajes de la celebración eucarística, con entrevistas a algunos de los asistentes.
25 enero de 2007. Convocatoria
El jueves 25 de enero de 2007, a las 19.00, tuvo lugar en la Sede Central de CajaCanarias la presentación oficial de la Fundación Canaria para la Educación y la Cultura (FUCEC), con gran asistencia de público.
La Fundación Canaria para la Educación y la Cultura (www. fucec.org) tiene un carácter eminentemente social. Su objeto es la promoción de iniciativas en el ámbito de la educación, la formación y la cultura canaria.
Es la responsable de la puesta en marcha de varias instituciones educativas para los jóvenes canarios.
Como informan en su página web, sus promotores respaldan en la actualidad los Centros Infantiles Parque de Santa Cruz y Tacoronte, y el Colegio Tágara de Santa Cruz
Esta promocionando las Escuelas de Padres en la Isla para ayudar a las madres y padres de familia canarios en la educación y formación de sus hijos.
Esta fundación desea encomendar la capellanía de estas iniciativas a sacerdotes del Opus Dei.
San Josemaría Escrivá
El Día, Tenerife, 26/VI/2005
EL 26 DE ESTE MES DE JUNIO se cumplen treinta años de la muerte del fundador del Opus Dei.
Hace unos días, mi admirado amigo José Luis Sánchez Parodi publicó un bello artículo, como todos los suyos, que concluía afirmando que todas aquellas personas con las que se había relacionado, y que pertenecían al Opus Dei, eran íntegras, cumplidoras al máximo de sus deberes y de una formación moral intachable.
Me parece que si todas las personas que se conocen, que conocemos, como pertenecientes a la Obra del Opus Dei cumplen con sus deberes de forma estricta, es que esas personas están educadas en unos principios morales y religiosos que deben ser dignos de admiración. Por tanto no es verdad que los miembros del Opus Dei pertenezcan a una secta en alguna manera secreta. Ellos siguen la doctrina de la Iglesia, con la particularidad de abrir un formidable camino para la santidad a través del cumplimiento de los deberes diarios, descubriendo la alegría de la vida cristiana.
El día 27 de este mes de junio, porque el 26 es domingo, a las siete y media de la tarde, se celebrará en la parroquia del Sagrado Corazón una misa en recuerdo o conmemoración de la muerte del fundador del Opus Dei, lo que nos permitirá reflexionar sobre las enseñanzas de ese Instituto, extendido por Europa y América, con más de sesenta mil afiliados.
Reflexionar sobre todo lo hecho. Ese aniversario debe servir para meditar sobre todo lo bueno incorporado a nuestras vidas fijándonos en la luminosa de San Josemaría.
La enseñanza religiosa y el Opus Dei
El Día, Tenerife, 20/VI/ 2004
HE SABIDO, con datos bastante precisos, que en nuestra patria más de doce millones de personas asisten a los cultos religiosos de cada fin de semana.
Que el Pontífice Juan Pablo II -un auténtico santo entre nosotros- es capaz de convocar a los jóvenes de cualquier nación y en cualquier momento, rebasando siempre cifras millonarias.
Que existe una corriente, muy creciente, de fervor espiritual, que está más cerca de las comunidades de base cristiana que por ejemplo de la televisión basura o del mundo de la sexualidad.
Que en el momento en que vivimos se advierte cómo los libros más vendidos son los de autores católicos.
También, que todos los movimientos de base religiosa triunfan en el mundo entero.
Se está volviendo, y esa es la verdad, a consagrar la religiosidad, la fe, las creencias en "el más allá", en algo que gobierna nuestra vida.
Caminamos hacia un mundo mejor y no lo conseguiremos sino dentro de los parámetros de la religiosidad. Se abre camino la enseñanza religiosa y más del ochenta por ciento de los padres quieren para sus hijos la enseñanza católica, la misma en la que ellos se educaron y que entienden es la mejor.
Igualmente he sabido que el libro más vendido en todos los tiempos es la Biblia, que tiene bellos parajes para cualquier aspecto de nuestra vida, como dice mi amiga Omaira.
En España, más del cincuenta por ciento de los españoles ponen una equis a la Iglesia Católica cuando cubren la declaración de la renta a la Hacienda Pública.
He podido comprobar que el Opus Dei (La obra de Dios) acoge en sus filas a más de noventa mil personas, aparte de las simpatizantes, como yo, que se cuentan por millares.
Naturalmente que ello obedece a lo sugestivo de su mandato central, radicante en algo tan atrayente como el que podemos acceder a la santidad desde el trabajo o a través del trabajo.
A propósito, recuerdo, aquí, que el viernes 25 de junio, a las siete y media de la tarde, en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de la capital, al cumplirse veinticinco años de la muerte del fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá, se celebrará una solemne función religiosa, a la que deberíamos asistir. Ante todo ello, hemos de decir que una fuerte corriente de espiritualidad se abre con pasos agigantados en todas las generaciones, tanto pasadas, presentes o futuras.
No puede ninguna Ley con este descrito panorama postergar o desconocer la enseñanza religiosa. No sólo hay que conservarla, sino que, además, hay que mimarla.
El Prelado del Opus Dei anima a vivir la fe sirviendo a los demás
El Día, Tenerife, 8/2/2004
Monseñor Javier Echevarría se reunió con 1.200 personas en el Pabellón Insular Santiago Martín, donde rezó por todas las autoridades de Canarias y animó a orar pidiendo' vocaciones sacerdotales en la Diócesis Nivariense.
Monseñor Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, aseguró que una persona que vive la fe en Jesucristo tiene que ser maestra de servicio a los demás y animó a la sociedad tinerfeña a ser todavía más amable por ser más cristiana.
Echevarría concluyó el pasado viernes su estancia de dos días en Tenerife con una reunión en el Pabellón Insular Santiago Martín, en la que pidió "oraciones por todas las autoridades de Canarias, y por las vocaciones sacerdotales en la Diócesis Nivariense".
Ante los 1.200 asistentes con los que mantuvo el encuentro, animó a vivir con frecuencia los sacramentos de la penitencia y la eucaristía, pidiéndoles ser cristianos comprometidos, maestros de servicio en su propio hogar, sin ser indiferentes con los problemas sociales.
Ante una referencia al Hermano Pedro, el prelado inició un fuerte aplauso, secundado por el público, que le brindó la isa de la Candelaria, mientras un grupo de asociadas del Club Naira, con trajes de maga, le ofrecían como regalo un timple, chácaras de La Gomera, anturios y verodes.
A lo largo de sus intervenciones, monseñor Echevarría pidió "vuestro testimonio cristiano con la conducta y la palabra", "dándoos cuenta del gran bien que podéis hacer". Habló también de la familia y del matrimonio: "quereos cada día más, con detalles pequeños, sin quejaros, dando serenidad a los demás".
Monseñor Echevarría, que también visitó al obispo de la diócesis, Felipe Fernández, 'se trasladó ayer a Las Palmas y regresará mañana a Roma.
El Prelado del Opus Dei pide a los canarios que sean "ejemplares"
La Opinión, Tenerife, 9/2/2004
Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, alabó durante este fin de semana en Canarias "el corazón grande de los Canarios", y pidió "la ejemplaridad del trabajo bien hecho" y la responsabilidad de construir "una sociedad que tenga en cuenta, sobre todo, a los más necesitados".
La responsabilidad "para ejercitar los propios deberes y derechos, la necesidad de ser buenos ciudadanos y buenos cristianos, o la conveniencia de colaborar en un clima social de compresión" fueron algunos de los puntos destacados por el prelado, en lo que es su primera visita a Canarias.
Echevarría pidió también "coherencia" para manifestar la fe en la conducta, "preocupándoos de la educación de los jóvenes: poner la semilla para las generaciones futuras", dijo.
En otro momento, hizo hincapié en que "somos piedras vivas de la Iglesia, que procuran difundir el respeto a la dignidad humana, y que trabajan con sentido de responsabilidad". Exhortó a vivir los sacramentos de la eucaristía y de la reconciliación, "ese abrazo de Dios que nos llena de alegría". Según sus palabras, esa coherencia "os llevará a ser ejemplares ante los miles de turistas que llegan a las islas afortunadas, para que aprendan de vosotros".
El Prelado del Opus Dei pide en Gran Canaria más apoyo para los necesitados
La Provincia, Gran Canaria, 9/2/2004
Monseñor Javier Echevarría , prelado del Opus Dei, pidió ayer "la ejemplaridad del trabajo bien hecho", la responsabilidad de construir "una sociedad que tenga en cuenta a los más necesitados" y alabó "el corazón grande de los canarios".
En un ambiente familiar, el obispo Javier Echevarría habló a aproximadamente dos mil personas reunidas en le colegio Guaydil, de Tafira Baja, y con las que dialogó por espacio de una hora. Preguntas y respuestas sobre vida cristiana, que el prelado contestón con abundantes ejemplos y anécdotas.
La responsabilidad de ejercitar los propios deberes y derechos, "la necesidad de ser buenos ciudadanos y buenos cristianos", o la conveniencia de colaborar en un clima social de comprensión, fueron algunos de los puntos destacados por el prelado, en lo que es su primera visita a Canarias. Monseñor Echevarría pidió también "coherencia" para manifestar la fe en la conducta. "Preocupándonos de la educación de los jóvenes: poned la semilla para las generaciones futuras", dijo.
En otro momento, señaló: "somos piedras vivas de la Iglesia, que procuran difundir el respeto a la dignidad humana, y que trabajan con sentido de responsabilidad". Exhortó a vivir los sacramentos de la eucaristía y de la reconciliación. "Ese abrazo de Dios que nos llena de su paz y alegría", señaló.
Según sus palabras, esa coherencia llevará a quienes le escuchaban a ser ejemplares ante los miles de turistas que llegan a Canarias para que aprendan del sentido cristiano. Animó también a "vivir y defender el pudo, contribuyendo a crear y difundir una moda que respeta la dignidad, protestando ante imposiciones que no respeten los valores de una auténtica belleza".
La estancia de monseñor Echevarría en el Archipiélago comenzó el jueves y concluirá hoy con su regreso a Roma. Además de entrevistarse con los obispos de la provincia de Las Palmas y de la de Tenerife, ha mantenido numerosos encuentros con familias, fieles y cooperadores de la Prelatura, en las islas de Gran Canaria y Tenerife.
Desde numerosos lugares de la isla, como Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Arucas, Gáldar, Guía o de la zona sur, se trasladaron gentes de todas las condiciones para escuchar al segundo sucesor de San Josemaría Escrivá. Echevarría recibió un cuchillo canario y una canción ofrecida por alumnas de Primaria: Un barquito de cáscara de nuez.
De El Trapiche a Roma
Monseñor Echvarría, un sacerdote que resulta de lo más cercano y alegre, escuchó ayer en Tafira la pregunta de una niña llamada Nacaray, de 11 años de edad y residente en el barrio de Schamann, en la capital grancanaria, y la de Rosa, conocida cariñosamente como la rusa y que al igual que otras muchas personas de su país de origen se ha convertido al catolicismo. En las respuestas, un denominador común: "haz lo que puedas y está en lo que haces, y no olvides que lo pequeño rebosa trascendencia si lo ofreces a Dios, que está siempre a tu lado".
Mañana regresa a Roma el prelado, tras cuatro días en las islas. Trajo la bendición del Papa, para el que pidió "la oración de todos" y llenó las horas de estancia de una continua plegaria por los canarios. Desde su residencia en El Trapiche, en el municipio de Arucas, apreció el "buen clima" y se interesó por numerosos detalles locales.
Opus Dei (Obra de Dios)
Ángel Ripollés
El Día, Tenerife, 15/II/2004
NO PERTENEZCO a la Obra. A ella sólo pertenecen los escogidos, los que han elegido la perfección y luchan por conseguirla.
Soy un entusiasta de la doctrina de la Obra, sintetizada en su formulación de oro, y es que, a través del trabajo, se puede conseguir la santidad. Se dice, si nuestro diario trabajo lo realizamos pensando en nuestros prójimos, tratando de mejorarnos, y de mejorar a los demás, en virtud del trabajo bien hecho, y del ejemplo que podemos presentar estamos predicando con nuestro ejemplo, la razón de existir de la Obra.
Esta realidad de la Santidad por el trabajo, que naturalmente está amadrigado en toda la doctrina del cristiano, tan simple, tan fácil de asumir, ninguna Organización, o persona, la había formulado, hasta que la hizo suya el Padre Escrivá de Balaguer, y todas las ochenta mil personas que la han seguido y la siguen con todo amor y con toda dedicación.
Y, por esta razón, el Papa Juan Pablo II elevó la Obra a la categoría de Prelatura, dándole un obispo, como puede haber, pongo por caso, el obispo castrense, o el coordinador de cualquier otra institución religiosa, para Canarias y provincia Bética, y nadie se extraña de ello. Es lo natural. Acercarse a los postulados del cristianismo de forma organizada. Esto es lo que se hace en el Opus Dei. Acercarse a esos postulados con toda alegría, a través del trabajo bien realizado.
En la Obra de Dios se ha establecido una forma nueva de explicar el Evangelio. No vale, en los tiempos actuales, el sacerdote, que en un monólogo, glosa los pasajes evangélicos.
Pude comprobar días pasados, cuando oí a monseñor Echevarría, Prelado del Opus Dei, que hoy, ya establecido el sistema, desde San Josemaría Escrivá, impera el diálogo. Los creyentes preguntan sobre los problemas que les atenazan, y desde la tribuna se les contesta con la doctrina contenida en los evangelios. Los fieles exponen sus testimonios, y los presentes se enriquecen con los mismos hacia un camino de perfección.
Debemos respetar a todos los integrantes de la Obra. En ella no hay secreto. Todo está a la luz del día. Y ojalá tuviéramos muchas más personas que practiquen estos postulados, que nos pueden servir de ejemplo y admiración.
Escrivá de Balaguer
El Día, Tenerife , 24/VI/2001
Ángel Ripollés Bautista
EL día 26 de este mes, a las 7 y media, en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, se celebra la misa de difuntos que conmemora el veintiséis aniversario de la muerte de Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, del que soy simpatizante, pero al que no pertenezco, por mis grandes limitaciones.
Ante esta realidad, vienen a mi mente recuerdos de actuaciones de este santo sacerdote, que le llevaron a los altares como beato, desde donde recibe el culto de los fieles. Ese proceso de beatificación creo recordar que se inició en el año 1981, hace ahora veinte años. Me pregunto qué hace falta para canonizar, para convertir en santo a una persona, porque nuestro Padre - como gustan llamarlo los de la Obra, los del Opus Dei - tienen una ejemplar trayectoria vital para la que reclamamos su santidad.
Una persona que funda el Opus Dei, que hoy en día aglutina a más de ochenta mil personas en el mundo entero; que marca un claro camino de perfección; que nos indica que podemos llegar a la perfección - valga la redundancia - sin abandonar nuestro trabajo diario, ese trabajo que se realiza y debe realizarse, cumpliendo deberes morales y sociales; que fundó el apostolado de mujeres de Opus Dei, actualmente funcionando a la perfección; que crea la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, o sea los sacerdotes de la Obra; que erige el Santuario de Torreciudad, que con su sola contemplación nos quedamos sobrecogidos; que consigue del Santo Padre la forma jurídica de la Prelatura personal; que por su intercesión se consiguen curaciones milagrosas; que la Prelatura por él fundada no se separa lo más mínimo de la más pura ortodoxia cristiana, con una total identificación a todos los misterios de nuestra sacrosanta religión. No se trata de una Obra de elite. Se trata con todo de ayudarnos en nuestra fe. De fortalecer nuestra esperanza. De aumentar nuestra caridad.
Pienso, y lo expreso públicamente, que un hombre así es un superdotado. Es un hombre llamado a la santidad, y es necesario canonizarle. Es preciso, como santo, llevarle a los altares, donde está como beato. Reclamamos, para él, por lo dicho, la santidad.