José Luis Mota: Con un sueño en África




La conquista de libertades de la mujer africana

Publicado en Canarias7


 






Encontrar en vacaciones de Navidad un libro que te acompañe los pocos ratos que quedan libres entre las tareas ordinarias y la actividad compulsiva de esos días es una suerte. Mejor si es un libro narrativo, no es largo, está escrito con vivacidad y además es estimulante...

Esas características tiene el libro: Con un sueño en África, en el que Olga Marlin cuenta su vida, y como comenzó su aventura en Kenia, con 27 años.

Cuando la autora se entera de que va a ir a Kenia, se informa con una africana de Gambia, en la residencia irlandesa donde viven, que le explica: «En África la vida transcurre al aire libre. Las mujeres preparan la comida y cocinan sobre piedras, fuera de las chozas, y luego la tomamos bajo las palmeras. La choza sólo se utiliza para dormir.

Las mujeres hacen todas las tareas del hogar: van a buscar agua, recogen leña para el fuego, cocinan, siembran y se ocupan de la cosecha, compran en el mercado, cuidan de los niños...». Y la pregunta que surge espontánea es:

- Y los hombres, ¿qué hacen?

Siempre es interesante destacar el importante papel que la participación de la mujer ha de tener en las tareas profesionales y políticas en la sociedad actual y futura.

La mujer, además de esposa y madre, tiene que enriquecer con su presencia todos los niveles de la vida social y de trabajo; pero llevar a la práctica este ideal en África tiene serias dificultades, porque allí está muy arraigada la mentalidad de que la mujer debe estar sometida a su marido, e incluso a la familia de su marido.

A finales de los cincuenta, el Opus Dei impulsó el comienzo de su labor apostólica en África. Olga Marlin y otras jóvenes fueron a Kenia para iniciar el primer proyecto educativo en el que se iban a integrar niñas y chicas de todos los credos y las razas de la sociedad keniana, integrada por una amalgama de distintas subrazas africanas, junto con europeos colonizadores, y asiáticos, sobre todo, hindúes.

La convivencia estaba regulada por un estricto apartheid, que discriminaba por razas, obligando a vivir en barrios diferentes o viajar separados los blancos de los africanos en el autobús.

Otros aspectos de la vida en la sociedad keniana hacían difícil el desarrollo de este proyecto interracial que intentaba elevar el nivel educativo de la mujer.

Concretamente los años 60 son los años de la transición del colonialismo a la independencia de Kenia, con lo que esto supone de una sociedad agitada políticamente y miedosa ante los posibles «revanchismos».

Para Olga Marlin, las mujeres africanas estaban por aquellos años encerrada en un círculo vicioso: «necesitaban educación para ser libres, y libertad para recibir una educación». Ella ha contribuido a la modernización de Kenia con una escuela de secretariado multirracial, Kianda College, pionera en su área, durante los comienzos de la lucha por las libertades en Kenia. Gracias a esta iniciativa miles de africanas han llegado a altas ejecutivas en diferentes organizaciones nacionales.


Para saber más:

Las enseñanzas de San Josemaría en África

Proyectos educativos para África

La ética es el mejor negocio para África

Memorias de África de un joven del Opus Dei

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