¿Qué es la vocación?

Gerardo Trujillo,
comerciante de Isla de La Gomera

Gerardo Trujllo es un "retornado". Como tantos canarios de su generación, dejó su isla natal, La Gomera, en plena juventud -a los dieciocho años- para emigrar a Venezuela.

Ahora ha vuelto de nuevo a sus raíces, dejando muchos recuerdos entrañables en las dos orillas del Atlántico.

En Venezuela, tras muchos años de duro trabajo en el campo del comercio, logró establecerse y dirigió un negocio de electrodomésticos.

Allí se casó con una canaria y formó una familia; y allí conoció el Opus Dei, a raíz de una circunstancia familiar que relata en este video, cuando uno de sus hijos decidió tomarse en serio su vocación bautismal, con un mayor compromiso con Dios.

La Gomera

La llamada de Dios -explica Gerardo- es como un viento impetuoso, como ese viento del Atlántico que se oye al fondo de sus palabras, porque la grabación está tomada junto al mar. Como él mismo señala, cuando Dios llama a una persona de una familia a una vida de entrega, acaba tocando el corazón de toda la familia.

La experiencia de Gerardo y de su esposa, ambos supernumerarios del Opus Dei, una vez superada una primera fase de desconcierto ante la decisión de un mayor compromiso cristiano por parte de su hijo, se resume en lo que contestaba san Josemaría en su libro Conversaciones a la pregunta de una periodista:

"un cristiano que procura santificarse en el estado matrimonial, y es consciente de la grandeza de su propia vocación, espontáneamente siente una especial veneración y un profundo cariño hacia los que son llamados al celibato apostólico; y cuando alguno de sus hijos, por la gracia del Señor, emprende ese camino, se alegra sinceramente.

Y llega a amar aún más su propia vocación matrimonial, que le ha permitido ofrecer a Jesucristo —el gran Amor de todos, célibes o casados— los frutos del amor humano".

Para saber más: La vocación cristiana, según san Josemaría