¿Por qué no nos fiamos?

Constancia, de Guinea Ecuatorial



 

Constancia tiene el hablar cadencioso y alegre de su tierra africana. En 1970 dejó Bata, capital de Guinea Ecuatorial para instalarse en las Palmas de Gran Canaria, donde trabaja en un domicilio particular, atendiendo a una señora anciana y cuidando de la casa.

Es buena deportista desde sus años escolares y su especialidad, dentro de la cocina, es la repostería. Dicen maravillas de su forma de condimentar un plato típico guineano -el pollo con salsa de cacahuete-, aunque tampoco se le dan mal los bizcochos, que aquí en Canarias llamamos queques.

Es fiel del Opus Dei desde hace años y recuerda en su testimonio algo vital para un cristiano: la necesidad de vivir de fe.